Hice el intento de incorporarme, pero hacía demasiado frío, así que sólo estiré un poco el brazo hasta coger mi móvil.
Lo desbloqueé. Era un mensaje del chat de grupo.
Harry: ''¿Qué tal ha ido el día? Mañana es vuestro comienzo... Mucha suerte.''
Louis: ''A las nueve paso a recogeros.''
Me quedé unos segundos mirando la pantalla. No sabía qué hacer. Quería gritar, pero quizás Paola y Darcy ya estuvieran dormidas. Giré un poco la cabeza, alumbré con el móvil y vi que ellas aún estaban despiertas.
-¿Habéis leído los mensajes?-Pregunté.
-Sí.... son muy lindos.-Dijo Paola en un tono muy muy dulce.
-Voy a responder algo.-Me dijo Darcy.
Darcy:''Muchas gracias, aquí os esperamos.''
Paola:''Dulces sueños''
Taylor:''Hasta mañana, gracias por todo.''
Las tres nos miramos con amplias sonrisas en la cara. No nos hacía falta hablar para saber qué estábamos pensando.
Cerré los ojos. Pensé durante unos segundos en las posibles reacciones de mis hermanas. Mi hermana mayor, Elena, primero no se lo creería, pero tampoco le daría demasiada importancia.
Elena tenía 20 años, no era directioner, pero tampoco les odiaba. Siempre me había dicho que cantaban bien y les parecían muy guapos, pero ahí quedaba la cosa. Sin embargo, Daniela, ella sí era muy directioner. Daniela era la pequeña de la familia, bueno, pequeña por decir algo, porque tenía tan sólo un año y dos meses menos que yo. Es decir, ella ahora mismo tenía 16 años y yo 17. A ella le haría mucha ilusión. Querría verles. Se pondría como loca.
No recuerdo mucho más de lo que pensé. Creo que me quedé dormida antes de terminar mis pensamientos. Eso era normal en mí.
A la mañana siguiente sonaron los despertadores, el primero que sonó fue el de Darcy. Me desperté en el estribillo de Up All Night. Luego sonó el mío, y por último el de Paola.
Tan sólo eran las siete y media de la mañana.
Cogí dos toallas de colores y me fui al baño. Me di una ducha rápida.
De nuevo, no sabía qué ponerme. No me quería arreglar demasiado, pero tampoco ir que pareciera que iba a dar un paseo por el parque.
Al final, me decidí por unos pitillos negros, una camisa celeste y un pañuelo burdeos, unos zapatos de cuñas, un bolso pequeño y el pelo recogido.
Poco después, ya estábamos las tres vestidas, eran las ocho y media. Aún quedaba bastante tiempo para que Louis viniera a recogernos. Nos sentamos en uno de los banquitos altos de la cocina. Desayunamos las tres juntas. Estábamos nerviosas aunque no lo quisiéramos demostrar. Era la primera vez que íbamos a trabajar en Londres. Pero lo bueno era que estábamos las tres juntas.
Nos terminamos de comer las tostadas, nos bebimos el cola-cao y metimos los platos y las tazas en el lavavajillas. Subimos, nos lavamos los dientes y nos dimos el visto bueno ante el espejo.
No nos habíamos maquillado mucho, lo justo, Paola y Darcy llevaban el pelo suelto. Ellas también se habían decantado por pitillos y cuñas. Era lo más cómodo y acertado.
Revisamos lo que llevábamos en nuestros bolsos y dos segundos después.... Sonó el timbre.
Las tres nos dirigimos a la puerta.
Encontramos ante nosotras a Harry, muy sonriente, como siempre.
-Hola-Saludó Darcy dando dos besos a Harry.
-Hola.-Le dije yo y le di dos besos.
-Buenos días- Le dijo Paola, que también le dio dos besos.
-Uiuiu que de besos ya, desde primera hora de la mañana.-Bromeó Harry.
-Es cierto, creo que me los tienes que devolver.-Le dijo Darcy.
-Quizás. Llevas razón.-Le dijo Harry y se acercó a ella a darle dos besos. Reímos.
-Anda que no tienes morro.-Le dije a Darcy.
-¿Estáis ya?- Preguntó al tiempo que se ponía bien el pelo.
-Sí, ya estamos.- Le dije.
Entramos en el coche. Dentro, esperándonos estaba Louis.
-¡Hey! Pensaba que al final no podías venir y por eso había venido Harry.-Le dijo Paola dándole dos besos.
-Fui yo el que dijo de venir a recogeros, pero Harry dijo que quería venir, porque además le cogía de camino para ir a no se dónde me ha dicho que tenía que ir.
No tardamos mucho en llegar. Mis nervios aumentaban. Me hubiera gustado decirlo, pero me ahorré los detalles.
-¿Estáis nerviosas?-Preguntó Louis.
-La verdad es que un poco sí.-Le respondió Paola.
-¿Qué horario tenéis?- Preguntó Louis.
-De diez de la mañana a dos y media de la tarde, creo.-Le respondió Paola.
-Bueno, seguro que os va genial, así, que calma, chicas.-Nos dijo Louis.
-Muchas gracias.-Le dijimos las tres al unísono.
Nos despedimos de los chicos, les dimos las gracias por recogernos y nos bajamos del coche.
Nos miramos las tres, sonreímos y caminamos hasta la tienda.
Entramos. Dentro había una mujer de unos cuarenta años, más o menos.
-Hola, buenos días.-Saludamos.
-Buenos días, soy Delilah, soy la encargada y dueña de la tienda. Supongo que sois Darcy, Taylor y Paola ¿no?- Nos dijo sonriente.
-Sí.-Respondió Paola.
-Bueno, pues en seguida os explico todo con detalles y os presento a vuestra nueva compañera.
-Vale, muchas gracias.- Le respondí.
Delilah entró por una puerta que había al final de la tienda. Supuse que sería el almacén, pero no estaba segura. O quizás fuera su despacho, o las dos cosas. Me estaba perdiendo en mis propios pensamientos. Decidí dejar de hacer suposiciones.
Unos minutos después, Delilah volvió a aparecer por la misma puerta, pero esta vez en compañía de una joven que tendría nuestra edad más o menos. Era delgada, alta, y tenía el pelo de color castaño bastante claro, y no demasiado largo. Sus ojos eran de un color marrón claro, muy bonitos. No parecía inglesa. Vestía unos vaqueros de color azul claro, una sudadera de color rosa claro y unas Converse del mismo color. Tenía una bonita sonrisa. De nuevo, comencé a hacer suposiciones: cómo nos llevaríamos, de dónde sería, cuántos años tendría.... Pero mis pensamientos se vieron interrumpidos por Delilah.
-Ella es Lola, será vuestra compañera de trabajo.-Nos dijo señalando a la chica que la acompañaba.
-Hola, encantada.-Le dijo Paola y le dio dos besos. Darcy y yo hicimos lo mismo.
-Lola, estas chicas son Darcy, Paola y Taylor, serán tus compañeras de trabajo.-Le dijo esta vez a Lola mientras nos señalaba.
-Encantada.-Nos dijo Lola, nos dedicó una sonrisa y nos dio dos besos.
-Bueno chicas, como ya sabéis, vuestro trabajo en la tienda se basa en ver que todo esté bien colocado, que no haya estantes vacíos, y sobre todo, vender y que los clientes se vayan satisfechos con la compra y el trato.- Nos explicó Delilah.
Delilah se despidió y entró de nuevo por la puerta del final de la tienda.
*CONTINUARÁ................*
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