domingo, 30 de septiembre de 2012

CAPÍTULO 55: EL PREMIO AÚN ESTÁ POR DECIDIR.

Hola, aquí les dejo el capítulo 55. Siento de verdad la tardanza. Está narrado por Taylor. Espero que les guste, y que dejen sus comentarios.
Gracias por leer :)



¡Hey! Está chuli ¿eh?- Le dije.
Sí, eso creo.- Me respondió consciente de que había acertado llevándome a ese lugar.
¿Puedo...?- Comencé.
Sí, puedes elegir lo que quieras.- Me interrumpió.

Era una bonita y amplia tienda llena de chucherías y caramelos. Era muy bonito todo, porque era muy colorido. Me gustaba mucho. Tanto mis amigas como yo somos muy golosas. Nos encantan las chucherías. Pero... en ese momento, todas aquellas gominolas se había vuelto más y más dulce, más especiales.

Me acerqué a un estante enorme que había en el centro de la tienda. La joven dependiente pareció reconocer a Harry. Sí, era evidente, le faltaba poco para caer desmayada. La verdad, no le presté demasiada atención.


Miré a Harry, él me miró. Ambos sonreimos. Justo en ese momento, la canción que envolvía el ambiente en aquella tienda era ''Steal My Heart'' , sí, yo creo que aquella joven había puesto la canción a propósito. Ella no dejaba de sonreír. Pero... yo me dejé llevar. La felicidad que me invadía era enorme. Todo era genial. Cuando volví a mirar la preciosa sonrisa de Harry, seguía oyendo la música, me sentía como si aquel momento fuera el videoclip de aquella canción. Casi sin darme cuenta, y con la ilusión de una niña de seis años, cogí la mano de Harry y le acerqué a mí. Luego, explotamos en una carcjada. Ambos empezamos a coger gominolas. Cogimos muchas, muchísimas. No puedo saber cuántes llevábamos cada uno, pero era una cantidad enorme.

Luego, nos acercamos al mostrador en el que estaba aquella muchacha a punto de sufrir un paro cardíaco. En verdad, me dio un poco de lástima, porque yo sentía lo mismo, pero con una diferencia: Éramos amigos. Sólo de pensarlo, el corazón se me aceleraba.
Harry saludó a la joven.

Hola, relájate. Has elegido muy bien la canción para ambientar la tienda.- Bromeó.
Eh, eh... yo... tú...- La joven no sabía qué decir. Se ruborizó.
Relájate, se lo que sientes, lo mejor es que cojas aire.- Le dije. No me pude resistir.
¿Me puedo hacer una foto contigo?- Le preguntó la joven aún con la voz temblorosa a Harry.
Claro, eso no hace falta que lo preguntes.- Le dijo Harry.

Ambos se colocaron delante del mostrador. Yo cogí el móvil de la chica, y les hice la foto.

¿Podemos hacernos otra?- Le preguntó la joven a Harry.
Sí.- Le sonrió él.

Así que les hice dos fotos más. En las tres estaban sonriendo, pero en diferentes poses.
Poco después, Harry pagó. Sinceramente, nunca había visto a nadie, gastar tanto en chucherías.

Al salir, nos montamos en el coche. De nuevo, tenía la duda de adónde íbamos. Lo
que era seguro es que nos pondríamos morados de chucherías.

Durante el trayecto, nos reímos. De nuevo, muchos, demasiados pensamientos venían a mi mente. Pero...¿qué estaba haciendo? Eran los mismos pensamientos que tenía desde la soledad de mi habitación, cuando mi mayor anhelo era conocerlos, y ahora... ahora ya les conocía, ahora sólo debía disfrutar el momento. Eso hice.
Sin decir una palabra, subí el volumen de la canción que estaba sonando. Sinceramente, no recuerdo cuál era. Él me miró. Se rió. Me reí.

Poco después habíamos llegado al lugar elegido por Harry. Era el lugar de los columpios al que fuimos Paola, Niall, Louis y yo. ¿Se lo habríaln dicho ellos?. Nada más bajarme del coche, nos dirgimos a los columpios. Nos sentamos. ABrimos las bolsas de chucherías. Había unas gominolas de pequeño tamaño y forma redondeada. Eran de muchos colores distintos. Se me ocurrió una idea.

Veamos quién es capaz de lanzar una gominola al aire y hacer que caiga en el interior de la boca.- Le propuse.
Y quien gane, ¿qué consigue a cambio?- Me dijo desafiante. Me miró. Tenía esa sonrisa que lo decía todo. Esa sonrisa tan sexy, tan perfecta, tan tierna. Era él.

Bueno... el premio aún está por decidir.- Le dije, con una sonrisa bastante pícara.Pero lo que él no sabía era que el mejor premio que yo podría recibir en ese momento era un beso suyo.

Comenzamos el juego. La primera y la segunda vez, ambos acertamos, pero...a la tercera, él estiró su brazo y cogió mi gominola en el aire, por tanto, yo me quedé con la boca abierta esperando una gominola ya inexistente.
Harry comenzó a reír descontroladamente.

Pero...eso es trampa.-Le dije.
Sí, es cierto.-Me afirmó.
Está bien... yo también se las reglas del juego sucio. ¿Quieres guerra? La vas a tener.- Fingí superioridad.

Continuamos con nuestra batallla. Me detuve. Le miré. Estaba demasiado concentrado en cazar su gominola. Pero... esta vez, me tocaba a mí.



*CONTINUARÁ......¿QUÉ HARÍA TAYLOR? ESTAS CHICAS NO TENIAN LÍMITES.*

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